La producción final agraria se incrementa un 10,3% hasta superar los 5.000 millones de euros

Sin embargo, tan sólo el 18% de la renta agraria total generada por el sector es atribuible al modelo familiar, que se demuestra gran dependiente de las ayudas públicas.

El peso de la producción se concentra en la ganadería con un 60% del valor comercial agrario.

Entre 2016 y 2021 la producción final agraria de Aragón ha crecido un 31%.

El consejero de Agricultura, Ganadería y Medio Ambiente del Gobierno de Aragón, Joaquín Olona, y el director general de Desarrollo Rural, Jesús Nogués, han presentado las cuentas de la agricultura y de la ganadería aragonesa analizando en detalle, por primera vez, las variables económicas atribuibles al modelo familiar agrario y su dependencia en función de los parámetros de interés. “Los datos muestran un importante y sólido crecimiento del sector en su conjunto, así como una renta que, si bien también ha crecido para las explotaciones familiares, sigue presentando importantes retos para su mejora”, ha destacado el consejero, para quien el análisis pone de relevancia “la necesidad de concentrar la ayuda pública en el modelo familiar”. Precisamente para esto, el Ejecutivo autonómico ha impulsado la Ley de Protección y Modernización de la Agricultura Familiar, puesto que “tan sólo el 18% de la renta agraria total generada por el sector es atribuible a este modelo”.

De acuerdo al estudio, la Producción Final Agraria, que mide el valor comercial de las producciones agrícolas y ganaderas a la salida de las explotaciones, alcanzó en 2021 un valor de 5.052 millones de euros superando, por vez primera, los cinco mil millones y aumentando un 10,3 % respecto del año 2020.

Las producciones ganaderas concentraron en 2021 el 60% del valor comercial agrario total con una cifra de 3.004 millones de euros y un aumento del 4% con respecto. Destaca la producción porcina con 1.960 millones de euros, que experimenta una reducción con respecto a 2020 del 1% debido a bajada de precios (7%) a pesar de que la producción aumentó un 6%. Le sigue el vacuno de carne, con 419 millones de euros y un importante crecimiento del 23% debido al aumento de los precios (15%) y de la producción (6%). El pollo, con 215 millones de euros, ha reducido su producción un 3% con respecto a 2020 debido a que el incremento de precios (7%) no ha sido capaz de compensar la caída de la producción (9%). El ovino, con 92 millones de euros, ha experimentado un crecimiento del 18% con respecto a 2020 debido al aumento de los precios (17%).

Las producciones agrícolas alcanzaron en 2021 un valor de 1.908 millones de euros. Destacan los cereales con un valor de 1.038 millones de euros y un crecimiento del 48% con respecto a 2020, debido a un aumento muy significativo de los precios, que crecieron un 47%. La fruta alcanzó en 2021 un valor de 483 millones de euros, experimentando una reducción del 2% pese a que los precios aumentaron un 19%. El valor de la producción hortícola alcanzó los 132 millones de euros creciendo, con respecto a 2020, un 43% debido al buen comportamiento de los precios. El viñedo, con 48 millones de €, sufrió una ligera reducción en un 2 % respecto a 2020 debido a una bajada de precios del orden del 7 %.“Entre 2016 y 2021, la producción final agraria de Aragón se ha incrementado en un 31 %, lo que supone un crecimiento medio de un 6,2 % anual”, ha destacado Olona. En esta evolución, la producción ganadera se ha incrementado en el mismo periodo un 39 %, lo cual supone un incremento anual del 7,8 % anual y “pone de manifiesto su importe peso”, mientras que las producciones vegetales han crecido en un 26 % equivalente a un 5,3 % anual.

El Valor Añadido Bruto (VAB) aportado por la agricultura y la ganadería a la economía aragonesa alcanzó en 2021 un valor de 1.950 millones de euros, aumentando un 5,5 % con respecto a 2020, un valor superior al crecimiento medio del PIB regional (5,2%) y que, por tanto, hace que el sector agrario se consolide como un vector de crecimiento económico.

La necesidad de proteger el modelo de agricultura familiar.

La Renta Agraria alcanzó en 2021 un valor de 2.096 millones de euros, aumentando un 4 % con respecto a 2020, que es el ritmo de crecimiento medio anual que cabe asignar al periodo 2016-2021. El hecho de que la renta agraria supere al VAB agrario se debe al importante peso de las subvenciones, que en 2021 alcanzaron un valor de 460 millones de euros. Debido a las fórmulas de integración y de desarrollo corporativo que experimenta el sector agrario, en absoluto cabe atribuir toda la producción, ni toda la renta agraria, al modelo familiar. De ser así, la renta media agraria de los titulares de estas explotaciones familiares superaría los 53.000 euros per cápita, situándose muy por encima de la Renta de Referencia cuando en realidad se sitúa muy por debajo. Para analizar esta cuestión, el Departamento viene trabajando sobre la base del Registro de Agricultores y Ganaderos de Aragón, creado por Decreto 85/2018, de 8 de mayo del Gobierno de Aragón. “La agricultura familiar profesional, que es la que fija población y vertebra nuestro medio rural, muestra una elevada y creciente fragilidad al tiempo que una dependencia de las ayudas mucho mayor de lo que depende el conjunto del sector”, ha señalado el consejero.

De ahí que el Gobierno de Aragón haya adoptado “medidas de apoyo específicas hacia este modelo de agricultura familiar y profesional que pasan por priorizar en su favor todos los elementos de la política agraria”, y que se traducen en la Ley de Protección y Modernización de la Agricultura Familiar y del Patrimonio Agrario de Aragón que “ya hemos enviado a las Cortes de Aragón”.

De los 2.016 millones de euros que alcanzó la renta agraria en 2020, la renta atribuible a los titulares de las explotaciones familiares tan sólo fue de 351 millones de euros de acuerdo con los datos tributarios. Por tanto, cabe afirmar que tan sólo el 18% de la renta agraria total generada por el sector es la atribuible a los titulares del modelo familiar. Pero, es más, el hecho de que estos titulares concentraran 355 millones de euros de ayuda pública en 2020 (79% de la ayuda total) muestra que la componente de renta agraria familiar procedente del mercado sea realmente nula por lo que la dependencia efectiva de la agricultura familiar con respecto a las ayudas no es del 22% que resulta de dividir el importe total de las subvenciones (460 M€) entre la renta agraria total (2.096 M€), tal y como se viene haciendo habitualmente, sino del 101%, que es la cifra que resulta de dividir las ayudas recibidas por las explotaciones familiares (355 M€) entre la renta atribuible a las mismas (351 M€).Si bien es cierto que la agricultura familiar ha visto crecer la renta de sus titulares un 13% entre 2018 y 2020, el problema es que sigue siendo muy baja en relación con el resto de los sectores.

Tomando como referente la Renta de Referencia que publica el Ministerio de Agricultura (30.622,23 euros en 2020) la renta media obtenida en 2020 tan sólo alcanza el 34% de ese valor. Incluso los titulares de mayor profesionalidad y dimensión no alcanzan más que el 77% del valor de dicha referencia. La mejora de la dimensión económica se repercute en todos los demás parámetros, si bien no permite eliminar la elevada dependencia de las ayudas. Así, por ejemplo, sólo alcanzan o superan la Renta de Referencia las explotaciones con más de 100.000 euros de ventas, que tan sólo suponen el 12 % del número total de explotaciones, pero la renta que obtienen depende de las subvenciones en más del 80%. En el extremo opuesto se sitúan las explotaciones con ventas inferiores a 20.000 euros que, representando el 55% de las explotaciones totales, presentan niveles de dependencia agraria en su economía familiar (profesionalidad) inferiores al 35% al tiempo que muestran rentas agrarias con una dependencia de las ayudas superior al 100% y una edad media por encima de los 66 años.

La profesionalidad, siendo determinante para la mejora de los resultados de las explotaciones, tampoco permite reducir la elevada dependencia de la renta con respecto a las subvenciones, que es del 87% incluso para valores de profesionalidad superiores al 75% y sin que este nivel permita tampoco alcanzar la renta de referencia. No obstante, los titulares con mayor profesionalidad (más del 75%) han visto mejorar su renta un 20% entre 2018 y 2020 mientras que los de menor profesionalidad (menos del 10%) la han visto reducirse en más de un 40%.

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